GALAXY TALES #1| La Sombra de la Sangre
GALAXY TALES #1
La Sombra de la Sangre
3 años después de la destrucción del planeta Cordiacon.
Sistema: Helios.
Planeta: Helios Prime.
Helios Prime es uno de los planetas más importantes de la
Unión Humana, este mundo está ubicado en el Núcleo total, fue uno de los
primeros planetas en ser colonizados por la especie humana. Durante miles de
años los humanos fueron construyendo enormes ciudades e industrializando el
planeta, a un ritmo casi comparable al de la imponente capital de la Unión,
Gaius.
La capital de Helios Prime es Bilmogrado,
la ciudad más grande del planeta, ubicada en el ecuador. La ciudad y su área
metropolitana abarcan 77,800,000 kilómetros cuadrados, y se divide en 24
provincias que a su vez se dividen en distritos. En el distrito Kelleton, de la
provincia de Bilmogrado centro este, en el barrio Nurton del subnivel -3, vivía
la familia de un joven de 21 años llamado Arthon Mila.
Vivía junto a su padre Daron Mila, un técnico de la red
hídrica del distrito, trabaja dando mantenimiento a la conexión que lleva agua
a las zonas superiores de la ciudad; su madre Nala Solaa, trabajaba como sastre
en un local cercano a su casa; y su hermana menor, Nina Mila de tres años.
La familia vivía en uno de los subniveles donde todos los
servicios llegan con facilidad, pero desde hacía unos años los costos de estos
habían comenzado a subir, gracias a la construcción de una decena de niveles
más al ya muy saturado sistema de edificaciones del distrito. El sistema de
niveles se divide en dos áreas principales, los niveles superficiales, que
abarcan del 0 al 15, y los subniveles, que abarcan del -1 al -13. En los
niveles más bajos habitan las personas de menos recursos, mientras que en los
niveles superiores se encuentran los más adinerados.
La familia se encontraba comiendo en el muy pequeño comedor del
apretado apartamento. En la mesa, cuatro platos con unas cuantas verduras
rehidratadas y pequeñas porciones de carne sintética, serían la comida del día.
La madre de Arthon tenía a su hermana pequeña sentada en sus piernas mientras
la alimentaba, a la vez que ella comía de su plato. Aun lado de ella, el padre
se encontraba tratando de encender una antigua radio.
—Padre, he decidido unirme a la academia militar —dijo
Arthon a su padre.
—¿De qué hablas? — respondió su padre confundido mientras
dejaba la radio en la mesa—Necesitas terminar tus estudios para poder obtener
un trabajo en la red hídrica.
—Claro que no, ya no están contratando a nadie —respondió
con tono molesto— A los nuevos los están reemplazando con esos malditos
autómatas, solo porque ahora están construyendo más niveles y ahora si hay
dinero.
—Yo aún no he sido reemplazado, y estoy seguro de que puedo
conseguirte un puesto.
—No es cierto, y no tardaran en quitarte a ti y a los demás
desechables humanos.
El padre de Arthon tenía una expresión de enojo, pero no
tardó en entender que su hijo solo quería ayudarles.
—Está bien, si es lo que quieres, adelante —le dijo su padre
con amabilidad y un poco de tristeza en su voz— Pero recuerda que es un trabajo
peligroso, estamos viviendo tiempos difíciles, en cualquier momento puede venir
la guerra.
5 años después de la destrucción del planeta Cordiacon.
Después de dos años de entrenamiento, Arthon iría a su
primera misión como cadete de la Unión Humana. Su pelotón se dirigiría al
planeta Ria, para detener una serie de disturbios en la capital del planeta.
Arthon estaba en la zona de comunicadores de la base militar, contaba solo con
15 minutos antes de partir. Arthon llamó a su casa, esperaba poder hablar con
toda su familia, pero solo escuchó la dulce voz de su madre.
—Hola hijo, que alegría poder hablar contigo —habló su madre
con una voz suave y alegre— ¿Ya estás por salir a Ria?
—Así es —contestó Arthon— ¿Dónde está mi padre?
—Aún no regresa del trabajo —dijo su madre con voz triste—
Pero me dijo que te deseara suerte, estamos muy orgullosos de ti.
—Gracias madre, ¿está Nina ahí?
—Hola hermanito, te extraño —habló la hermana pequeña, de
ahora 5 años— ¿Cuándo vendrás a visitarnos?
—Cuando regrese de Ria —Contestó Arthon.
—Cuídate mucho hijo mío —le dijo su madre con un tono de
melancolía, pero con esperanza de verlo pronto— Te estaremos esperando.
—No te preocupes —respondió Arthon— Ahí estaré en unos días.
Me tengo que ir, las amo.
Arthon colgó y se dirigió a la zona de abordaje.
Ya en el Navigator, una nave de clase Bergantín, de
350 m de largo, utilizada por la Unión Humana para el transporte de un número
reducido de tropas, se encontraba Arthon sentado, listo para salir con rumbo a
Ria. Nunca había salido de las regiones del Núcleo, y ahora se encontraba
camino a un sistema en los Límites mayores, una zona del espacio desconocida
para él.
Antes de llegar a Ria, harían una parada en el planeta
Centilar, la capital del sistema Cirias, un importante nexo de brechas que
conecta varios sistemas humanos. El Navigator despegó de la superficie
de Helios II, el planeta donde se encuentra la base militar del sistema. La
nave salió de la atmosfera y emprendió su viaje a través de las estrellas,
cuando estuvieron lo suficientemente cerca de la brecha, el poderoso motor Interbrecha
del Navigator se encendió y transportó a la nave a través del
espacio-tiempo.
Después de varias horas de viaje el Navigator salió
de la brecha, a centenas de kilómetros de Centilar, un hermoso planeta azul,
lleno de mares profundos donde una cantidad desconocida de animales reina, las
masas continentales de roca basáltica muestran que el planeta tubo una gran
actividad volcánica en el pasado. El Navigator se acercó a una estación
espacial orbital, para atracar y reabastecer antes de terminar su viaje y
llegar a Ria.
El reabastecimiento de la nave duraría unas horas, por lo
que le darían tiempo a la tripulación de visitar un pequeño pueblo portuario
del planeta para comer y descansar. El pueblo estaba ubicado en una bahía de
aguas tranquilas, donde embarcaciones pesqueras llegaban a dejar su mercancía
para ser transportada a las grandes ciudades al interior del continente. El
pueblo era frio y húmedo, el olor del salitre penetraba en la nariz de Arthon,
una llovizna salada caía del casi siempre nublado cielo.
Después de comer, Arthon salió a caminar a la playa, todo
eso era nuevo para él, un planeta donde pudiera sentir la brisa, lluvia
natural, a diferencia de la que se regaba una vez cada 62 días en Helios Prime.
Lo que más le asombraba era el mar, nunca había visto tanta agua concentrada en
un solo lugar, la galaxia estaba llena de maravillas las cuales Arthon no se
imaginaba. Vivir en una mega urbe era lo más deseado por millones de personas
que tenían que enfrentarse a la dificultad de encontrar trabajo en planetas con
poca industria, pero para Arthon, que toda su vida había vivido en un monstruo
de acero y concreto, esto era algo fascinante.
Tras la escala en Centilar, el Navigator continuó su
camino rumbo a Ria, la travesía por la brecha solo duró poco menos que un par
de horas. El viaje interestelar a través de las brechas no refleja las enormes
distancias que separan a las estrellas, viajes que a la luz le tardaría
millones de años realizar, los motores interbrecha los permiten realizar en
pocos días, e incluso en horas.
El Navigator arribó a Ria, un planeta seco, repleto
de desiertos y matorrales, un planeta con poca importancia, si no fuera por sus
enormes yacimientos minerales, que incluyen a la muy explotada y necesaria
boriaperita, el mineral utilizado para la fabricación del combustible usado en
los motores interbrecha. El pelotón de Arthon había sido enviado para parar una
serie de disturbios ocurridos en los últimos días, el sindicato de mineros
había entrado en huelga por los muy malos pagos que el gobierno daba por
trabajar en las minas. El gobernador de Ria, Benjamín Looth, llamó al ejército
para buscar calmar a la población.
Al momento que el pelotón llegó a la plaza frente al palacio
de gobierno estos fueron insultados. El palacio era un edificio muy grande,
construido con piedra labrada. La plaza era amplia y una gran multitud la
abarrotaba, entre estos no solo había mineros, también se encontraban sus
familias, incluidos niños. Arthon no lo entendía, ¿por qué fueron enviados en
lugar de negociar con ellos mejores tratos? De pronto, a través de un altavoz
se escucharon unas palabras.
—Se les informa a todos que deben de abandonar la plaza de
inmediato —dijo la voz— Repito, todos deben de abandonar la plaza de inmediato.
La multitud comenzó a enojarse y a lanzar piedras contra los
soldados, estos estaban vestidos con el uniforme
oficial del ejército de la Unión Humana, una pechera negra reforzada con placas
metálicas ligeras, con la insignia del ejército en el lado derecho y el rango
en el lado izquierdo, un pantalón negro reforzado al igual que la pechera, unas
botas negras, un casco que cubre completamente su cabeza y rostro con un visor
polarizado, y portando el Rifle laser QH-11.
Las agresiones habían comenzado a aumentar, pero los
soldados no hacían más que cubrirse de los objetos que se les lanzaban. Arthon
volteó hacia atrás y vio como el líder del pelotón se acercó al gobernador,
este le dijo unas palabras y entro al palacio. El líder se acercó al resto del
grupo.
—Pelotón —dijo este después de incorporarse— Mantengan la
posición.
De pronto se escuchó un disparo, el láser impactó a uno de
los soldados en la pierna y este cayó al suelo.
—¡Pelotón! —gritó el líder— Abran fuego.
Los soldados levantaron sus armas y comenzaron a dispararle
a los civiles, Arthon quedó en shock, no levanto el arma, solo veía a la gente
correr, tratando de encontrar un lugar para esconderse, no supo de donde vino
el ataque, todo fue muy rápido. La gente gritaba, algunos tomaron lo que pudieron
para defenderse, palas y picos, pero las ráfagas de laser les impedían
acercarse.
—¡Pelotón! —informo
el líder al grupo de soldados— Avancen.
Arthon tardó unos segundos en moverse, avanzó y levantó el
arma, tuvo en la mira a varias personas, pero en ningún momento disparó. De
pronto, a través de la mira de su rifle vio a una pequeña niña llorando en
medio de la masacre. La niña era muy pequeña, de no más de 6 años, de cabello
negro y largo, con un vestido amarillo floreado. Arthon corrió para ayudarla,
cuando estaba a unos 5 metros de ella, se oyó una detonación, Arthon fue
derribado por esta, al momento de levantarse ya no pudo ver a la niña.
Un grupo de mineros armados aparecieron y comenzaron a
disparar a los soldados, Arthon rodó para cubrirse tras un pilar, tomo una
bocanada de aire, se giró y comenzó a disparar a los mineros. Avanzó unos
cuantos metros, logró abatir a tres de ellos, cuando llegó al siguiente pilar
vio un pequeño cuerpo yaciendo en el suelo, no tuvo tiempo de enfocar su vista
en este, otra detonación se escuchó cerca de su posición, supuso que las granadas
estaban siendo lanzadas por los mineros.
Cuando pudo enfocar el cuerpo se percató que era el de
aquella niña que había visto, corrió hacia ella y se agachó para ver su estado.
Yacía inmóvil en el suelo, con quemaduras en todo su cuerpo, la vida se había
escapado de su pequeño cuerpo, Arthon se levantó rápidamente y encolerizado
corrió hacia la posición de los mineros mientras disparaba. Pudo acabar con
otros dos de ellos, y a uno más le disparó en las piernas para inmovilizarlo,
Arthon se acercó, lo golpeó con la culata de su arma y le gritó.
—¡Por su culpa una niña está muerta! —gritó Arthon
completamente lleno de íra— ¿Por qué dispararon?
—¿De verdad crees que nosotros comenzamos? —respondió con
voz débil— Solamente estábamos exigiendo lo que por derecho es nuestro.
—Sus detonadores mataron gente inocente.
—Nosotros no tenemos detonadores —respondió el hombre usando sus últimas fuerzas.