Cordiacon

En los confines del vasto cosmos, en la periferia del Núcleo total galáctico, existía un mundo llamado Cordiacon, situado en una brecha espacio temporal muy importante para la comunicación y el comercio entre el Núcleo externo y el Núcleo total. Cordiacon, un planeta bañado en la luminosidad de dos soles, su increíble belleza natural y sus recursos inexplorados lo convirtieron en un codiciado tesoro para dos imperios galácticos: el insaciable Imperio Zhell y la ideológica Unión Humana.


Durante milenios, Cordiacon había permanecido en paz, un remanso de tranquilidad en medio de la expansión y la agitación galáctica. Sin embargo, la calma estaba destinada a desmoronarse en el estruendo ensordecedor de la guerra. Las tensiones se habían estado acumulando, un pulso constante en la tensa relación entre los dos poderes.

El Imperio Zhell guiada por su deseo de colonización y explotación de recursos, había establecido flotas inmensas en los sistemas colindantes a Cordiacon. Mientras tanto, la Unión Humana, una sociedad orgullosa y militarizada, estaba dispuesta a tomar Cordiacon por la presencia de colonias humanas en el planeta.

La chispa que encendió la guerra fue un incidente en una de estas colonias humanas, los Zhell atacaron destruyéndola por completo y llevando a las dos facciones a una confrontación. Las flotas estelares de ambos lados se reunieron en los cielos de Cordiacon, una danza mortal de naves de guerra que oscurecía la luz de los soles gemelos.

Los clamores de paz se ahogaron en el fragor de la batalla, y Cordiacon se convirtió en el escenario de un conflicto épico que determinaría el destino de todos los que habitaban en su sombra. Los corazones de aquellos que luchaban, ya fueran soldados o líderes, latían al ritmo de un futuro incierto y una lucha que dejaría cicatrices en los cielos y en sus almas.

Así comenzó la guerra que desgarró a Cordiacon y a sus habitantes, un conflicto que sacudió las estrellas y dejó una marca indeleble en la galaxia misma.

8346 ADC
La nave colonia conocida como, “Perseverancia”, partió de Gaius con rumbo desconocido, 25,000 humanos abordo de la nave fueron enviados al vasto cosmos con la misión de encontrar un mundo más para la imponente y poderosa Unión Humana. Está nave no tenía un rumbo fijo, fue enviada con la esperanza de encontrar un planeta inexplorado para colonizar. Durante algunos milenios no se supo nada de la nave, se temía lo peor, con el paso del tiempo el recuerdo del “Perseverancia” desaparecía de las mentes de los habitantes de la Unión.

6137 ADC
Tras más de dos milenios sin noticias una señal interbrecha llegaba a la galaxia conocida, se trataba del “Perseverancia”. La colonia había llegado a un sistema habitable, sin embargo, no estaban solos. Bajo la poderosa influencia de dos estrellas se encontraba Cordiacon, un planeta rocoso, lleno de lagos y praderas de exuberante belleza, donde los Cordian, una especie de seres bípedos, de tres pares de extremidades, dos piernas y cuatro brazos, cabezas alargadas, sin pelaje en el cuerpo y con su piel en tonalidades grises a verdes. Su sociedad no era tan avanzada como para poder salir a conquistar las estrellas. Los humanos llegaron a Cordiacon 300 años después de haber salido de Cordiacon, la población ahora era de 740,000 humanos, estos buscaron llegar a un acuerdo de paz y ayuda con los cordian, por lo que durante los próximos milenios ambas especies se aliaron para avanzar científicamente y construir una sociedad unida.
     En el 6137 ADC los humanos y los cordian mandaron un mensaje a la galaxia, Cordiacon, ubicado en el Núcleo total, abría sus puertas a el viaje por su espacio, gracias a esto la economía de la zona floreció, formando una conexión importante entre el sector norte del Núcleo total y externo, formando una alternativa a las rutas del Imperio Zhell, evitando cruzar Zhellquark y el resto de sistemas por los que tendrían que pagar impuestos por ruta.

15 ADC
Tras poco más de seis milenios de independencia, la Unión Humana mandó una propuesta de unión a Cordiacon la cual fue rechazada de manera inmediata. Por lo que se empezó a planear una invasión.

10 ADC
Con el alza de las hostilidades del Imperio Zhell a otros gobiernos la República Interestelar y la Confederación Galáctica cerraron sus rutas tanto al Imperio Zhell como a un gran número de sistemas independientes. Por lo que el Imperio buscó rutas alternativas para tener acceso al Núcleo total y tener puestos de avanzada en lugares estratégicos en caso de un conflicto a gran escala. Cordiacon fue el sistema elegido, el Imperio movilizó naves a las inmediaciones de tres de sus sistemas más cercanos; Eros, Kaaakou y Manang.

9 ADC
La Unión Humana se enteró de los planes del Imperio Zhell por lo que se movilizaron por el sistema Lunario, formando un pacto de protección con este sistema. Cordiacon a su vez se percató de la amenaza de ambos gobiernos, pidiendo ayuda a la República Interestelar para mediar y realizar negociaciones en el territorio neutral de Cormundi. Se llevaron acabo varias sesiones las cuales terminaron en un pacto de no agresión el cual duraría 5 años hasta una renovación.
4 ADC
El pacto de no agresión se rectificó por 5 años más.
0 ADC
Con miedo a un posible primer ataque humano al final del pacto de no agresión, y como medida de persuasión el Imperio Zhell atacó Rydeon, una de las ciudades humanas más grandes de Cordiacon. La ciudad fue atacada por un bombardeo orbital de la flota Zhell, destruyéndola por completo, quemándola hasta sus cimientos. Las alarmas se encendieron en todo Cordiacon, el miedo a una invasión crecía, una flota de la República se acercó al sistema para buscar detener el ataque, sin embargo, antes de la llegada de esta las enormes naves de guerra de la Unión Humana llegaron al sistema y atacaron las naves Zhell. La inminente batalla había comenzado, millones de seres buscaron refugio en los enormes búnkeres distribuidos por todo el planeta. La flota de la República se comunicó con el gobierno en Turaunt, la cámara de representantes discutió si entrar o no al conflicto, tras horas cruciales de discusión la República Interestelar mandó un mensaje al pueblo de Cordiacon: "Habitantes de Cordiacon, lamentablemente la guerra ha llegado sus tierras, temíamos que este día llegara, estos crueles gobiernos han roto el pacto, lamentablemente no podremos intervenir, ya que nos llevaría a un conflicto galáctico que nos perjudicaría y llenaría de sangre todos nuestros mundos. Les deseamos suerte. Su sacrificio será recordado en todos nuestros corazones". Los seres de Cordiacon se llenaron de emociones; miedo, ira, desesperación. Su mundo estaba siendo atacado y nadie sabía lo que pasaría.

En los cielos de Cordiacon, la crueldad de la batalla se desató con un furor despiadado. Las naves de guerra, colosales y ominosas, surcaban el espacio como bestias mecánicas hambrientas de destrucción. Los destellos de láseres y explosiones se entrelazaban en una danza caótica, pintando un cuadro dantesco sobre el lienzo estelar. En la superficie del planeta, la tierra temblaba bajo el estruendo de la artillería pesada. Ciudades que alguna vez brillaron con luces de esperanza ahora ardían en un infierno de fuego y desesperación. Los cielos se oscurecieron con el humo de la destrucción. Cada avance y retirada estaba marcado por el sufrimiento, y la tierra misma gemía bajo el peso de la guerra. Cordiacon, alguna vez un paraíso celeste, se había transformado en un campo de batalla infernal donde la crueldad no conocía límites. En este escenario de desolación, la guerra dejaba su huella imborrable, recordándole a la galaxia que, a pesar de la grandeza del cosmos, la crueldad de la batalla podía eclipsar incluso las estrellas más brillantes.

Tras varias rotaciones planetarias, la batalla no cesaba, naves seguían llegando y bombardeando a la fuerza armada contraria. Casi no quedaban habitantes en la superficie del planeta, la mayoría se encontraban en los búnkeres lleno de temor, la comida comenzaba a terminar y se empezaron a generar riñas, todo era un caos y lo peor aún estaba por venir. Los altos mandos del ejército humano decidían cómo actuar ante una derrota que se veía próxima con el rápido y brutal ataque de los Zhell. Se decidió usar un ataque excavador orbital para penetrar la corteza del planeta y generar sismos en las zonas ocupadas. El ataque impacto con fuerza al plantea y generó enormes terremotos. Lo que los altos mandos humanos no sabían es que la corteza de Cordiacon era mucho más ligera que la de otros planetas, por lo que se penetró hasta la litosfera, provocando el movimiento de las placas y aumentando la actividad magmática. El Imperio Zhell no tardaría en responder, y realizaron bombardeos de fusión que destruían ciudades enteras. Todos estos poderosos impactos en el planeta hicieron que el inestable Núcleo del planeta, en su mayoría líquido con un relativamente pequeño núcleo sólido a comparación de otros planetas, comenzara a actuar de extrañas maneras provocando fuertes movimientos internos del planeta.

Finalmente, la catástrofe estaba por llegar a su fin, ninguno de los dos gobiernos llevaba la delantera, la superficie del planeta era un lugar desolado y muerto, en el subsuelo millones de seres vivos se resguardaban esperando que la batalla terminara. Cuando menos lo esperaban el momento final había llegado, una serie de movimientos tectónicos influenciados por la convección del manto y el ahora muy inestable Núcleo provocó que el planeta se comenzara a desquebrajar desde dentro. Poco a poco la tierra de la superficie comenzaba a desmoronarse y caer hacia el caliente manto fundiendo toda la roca de los continentes, trayendo Cordiacon a un estado primitivo. El mundo que una vez lucía hermosas praderas y lagos ahora era una enorme masa de magma y roca que se desquebrajaba y comenzaba a perder masa por la influencia de las dos estrellas que absorbían mucha de la materia que se desprendía del planeta. Los habitantes de Cordiacon que se resguardaban bajo tierra sufrieron terribles destinos, si sus vidas no terminaron al ser aplastados al desquebrajarse la corteza, sufrieron un horrible destino al caer en el caliente manto.

Toda la galaxia se enteró del horrible final de Cordiacon, el mundo había sido destruido por completo, dejándolo inhabitable. El Imperio Zhell y la Unión Humana abandonaron el sistema dando por finalizada una batalla muy corta pero que trajo consigo enormes marcas para la galaxia, nunca antes un planeta entero había quedado destruido. En Cormundi se llevó a cabo una sesión con representantes de la República Interestelar, La Confederación Galáctica y una gran cantidad de sistemas independientes. Se invitó a los responsables de la destrucción de Cordiacon, pero ambos rechazaron, sin embargo, se recibieron acuerdos de cese momentáneo a las hostilidades por ambas partes. La sesión dictaminó que a partir de ahora se tomaría el evento de Cordiacon como parte aguas en la historia galáctica, siendo Antes de Cordiacon (ADC) los años anteriores a la destrucción del planeta, y Después de Cordiacon (DDC), sustituyendo la denominación antigua que se relacionaba con el contacto de las especies de la galaxia con los shindeul.

Y así, fue como Cordiacon desapareció y marcó a la galaxia de por vida, sin embargo la ambición de aquellos con poder es insaciable, por lo que tras 10 años de silenciosa paz los conflictos regresarían a esta galaxia ubicada en el cúmulo Fornax.

Rydeon siendo atacada

Batalla de Cordiacon


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