GALAXY TALES #4| En las Dunas de Ebol
GALAXY TALES #4
En las Dunas de Ebol
5 DDC
Sistema: Ebol
Planeta: Ebol III
La nave de Gina Matai, una exploradora wolwana, estaba
aterrizando en el desierto planeta, Ebol III, ubicado en la Barrera de Rash. Gina
trabajaba para la Universidad de Wolwane como bióloga de exploración. Se
dedicaba a viajar a través de mundos de la Confederación Galáctica para
descubrir y clasificar nuevas especies animales. Había oído rumores acerca de
extrañas criaturas que habitaban las dunas de Ebol III y atacaban a las
caravanas de los viajeros.
Gina aterrizó su nave cerca de un asentamiento de nómadas
Ji-Bol, una especie originaria de Ebol II, pero que se vieron obligados a
migrar a Ebol III debido al creciente vulcanismo de su planeta de origen. Los
Ji-Bol, unos seres delgados y no muy altos, se cubrían con ropa de seda que les
tapaba el cuerpo completo, únicamente sus ojos color miel eran visibles.
Estos le indicaron a Gina donde era más común que aparecieran
aquellas bestias que atacaba las caravanas, se encontraba a un día de caminata
a través de las dunas. Aterrizar la nave en las dunas sería demasiado
peligroso, debido a su enorme peso esta podría ser enterrada en la arena, y el
fuerte ruido de los propulsores espantaría a cualquier animal de la zona.
Así Gina comenzó su viaje, no llevando más que su mochila de
exploración, cargando provisiones, una libreta y una cámara para fotografiar lo
que encontrara. Comenzó el viaje a primera hora, cuando el sol comenzaba a
salir, para evitar la mayor parte del tiempo el abrasador calor de la estrella
del sistema. Durante varias horas Gina caminó hacia el noreste, atravesando las
blancas dunas. Al rededor de medio día decidió descansar, armó una pequeña
tienda con una varilla de metal y una manta, era primordial descansar durante
las horas de mayor calor, para evitar la deshidratación. Durmió durante algunos
minutos y continuó su travesía. Siguió caminando mientras la tarde se acercaba
y la brillante estrella se escondía, a lo lejos Gina pudo observar unas
montañas, en esa zona fue donde le habían dicho que se avistó a las criaturas.
Cuando llegó la noche Gina volvió a montar su campamento
esperando descansar lo más posible. Horas después, Gina fue despertada con el
sonido de camellos Balhá, los animales usados por los nómadas Ji-Bol para
transportarse, una caravana de estos se disponía a cruzar la zona. El grupo
estaba formado por cuatro camellos y nueve Ji-Bol; tres mujeres, un anciano, dos
niños y tres guerreros. Gina recogió rápidamente su tienda para acompañar a los
nómadas.
Siguieron caminando hasta que se escucharon ruidos provenientes
de debajo de la arena, Gina se apresuró a sacar su cámara. Los tres guerreros
se pusieron en posición defensiva, uno en cada costado de la caravana y otro
más enfrente. Tras unos segundos de silencio una criatura reptil salió de la
arena de un salto, Gina rápidamente le tomó una foto. Los guerreros comenzaron
a mover sus lanzas hacia la criatura para ahuyentarla, Gina no podía ver muy
bien a la criatura, esta se movía muy rápido y se ocultaba bajo la arena. De
pronto, se lanzó contra uno de los camellos, tirando a la mujer que estaba
encima, la criatura rompió el cuello del camello y cavó a través de la arena escapando
sin dejar rastro.
Gina revisó su cámara y en la imagen pudo ver con mas
detalle a la criatura, esta era de piel color blanco como la arena, tenia una
gruesa piel escamosa, unas fuertes garras en sus seis extremidades, además de
una cabeza en forma de v.
Tras presenciar al curioso ser regresó a través de las dunas
para poder llegar a su nave y emprender el viaje de regreso a Wolwane, donde
haría un reporte y trataría de clasificar al peculiar animal. Este solo fue un
día más para Gina Mataoi, bióloga de exploración.